miércoles, 6 de junio de 2012

COMPROMISO AMBIENTAL EN LA UNS

La Pastoral Universitaria de la UNS  - en coordinación con el Grupo Activista por el Medio Ambiente  de la UNS (G.A.M.A) - realizó una campaña informativa sobre la problemática ambiental dentro de la universidad en el marco del Día Mundial del Medio Ambiente celebrada el pasado 5 de junio.
Se ubicaron paneles informativos que mostraban la realidad ambiental local y la responsabilidad que corresponde asumir a cada ciudadano para revertir los efectos del cambio climático. Al mismo tiempo, se logró que cada estudiante, docentes y  administrativos firmen su “compromiso ambiental” a fin de colaborar con la defensa y protección de la naturaleza a partir de su vida diaria.
“Joven santeño, escoge y defiende la vida” es  el lema  con el cual viene trabajando el Centro Pastoral en la UNS y cuyo objetivo es promover diversas actividades ambientales que generen conciencia y participación activa de los universitarios y toda la plana docente.

lunes, 4 de junio de 2012

TRINIDAD

Ser uno mismo y estar en los otros.
Vivir en una soledad poblada.
Forjar  vínculos indestructibles.
Abrazar sin invadir.
Amar sin anular. Comunicar sin agotar.
Ser uno mismo. Ser nosotros.
Crear mundos, inspirar sueños,  restañar heridas.
Desplegar la vida en el tiempo.
Hablar en el trueno y en el susurro,
Ser batalla sin muertos.
Somos imagen del Dios de los encuentros.  (José María Rodríguez Olaizola, SJ)

viernes, 1 de junio de 2012

LO QUE QUIERO SER

Quiero ser pastor que vele por los suyos;
Árbol frondoso que dé sombra al cansado;
Fuente donde beba el sediento

Quiero ser canción que inunde los silencios;
Libro que descubra horizontes remotos;
Poema que deshiele un corazón frío;
Papel donde se pueda escribir una historia.

Quiero ser risa en los espacios tristes, y
semilla que prende en el terreno yermo.

Ser carta de amor para el solitario,
Y grito fuerte para el sordo…
Pastor, árbol o fuente, canción, libro o poema…
Papel, risa, grito, carta, semilla…
Lo que tú quieras, lo que tú pidas,
Lo que tú sueñes, Señor…
Eso quiero ser.

(José María Rodríguez Olaizola, SJ.)

LA SEÑAL DEL AMOR

Y salió el amor, a recorrer nuestros caminos,
A visitar ciudades, a mezclarse entre la gente.
Un extraño viento lo llevaba y lo traía, y con él
Iba su voz, su alegría y su mensaje:

¡Hagamos del amor nuestra señal!
¡Dichosos aquellos que renuevan el amor herido!
¡Dichos aquellos que curan el amor apagado!
¡Dichosos aquellos que encienden el amor apagado!
¡Dichosos aquellos que levantan el amor caído!
¡Dichosos aquellos que perdonan el amor equivocado!
¡Dichosos aquellos que enderezan el amor torcido!
¡Dichosos aquellos que liberan el amor atado!
¡Dichosos aquellos que entregan el amor recibido!
¡Dichosos aquellos que resucitan el amor muerto!


(Seve Lázaro, SJ)

LA ANUNCIACIÓN DEL ANGEL A MARÍA


"Alégrate, llena de gracia el Señor está Contigo". (Lc 1,28)
Esta hermosa frase del "anuncio" del ángel a María, es la máxima expresión del saludo que Dios hace a María. Dándose el primer contacto entre lo divino y lo humano, primer encuentro de Dios Padre con la criatura que él mismo, había preparado desde los tiempos, para ser la madre del Salvador.

Esta celebración se encontró desde el S. II con una expresión preciosa en las formas del credo. Pero a partir del S. VII se comenzó a celebrar con especial solemnidad el misterio de la anunciación el 25 de marzo, nueve meses antes del nacimiento del Señor.

Durante este tiempo el verbo hecho carne se iba formando en el seno materno.

Pudiendo decir que Jesús, esta presente en medio de su pueblo que durante años esperaba la eterna promesa: el antiguo (Israel) y el nuevo Israel la (Iglesia). "El Señor esta en ella". Es decir Dios es nuestro y nosotros somos para siempre su pueblo.

En esta fiesta solemne se puede subrayar los aspectos cristológicos del pasaje  evangélico del anuncio del Ángel a María. Entró el Ángel a su presencia y le dijo:

"Alégrate, llena de gracia el Señor está contigo". En este primer momento se resalta a  María como la amada, la favorecida, la escogida por Dios, dándose también el momento en que María se encuentra conmovida por el anuncio del ángel. -Vas a quedar embarazada y darás a luz un Hijo al que pondrás el nombre de Jesús-, o sea: Dios con nosotros. Porque el Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra.

LA ASCENCIÓN DEL SEÑOR

A los cuarenta días después de la Resurrección habiendo instruido a sus Apóstoles sobre la nobilísima misión de establecer el Reino de Dios en el mundo, Jesús iba a subir al cielo, donde le esperaban las glorias celestiales. Bendijo a su querida Madre, a los Apóstoles y discípulos y se despidió de ellos. Una nube lo ocultó de sus miradas.

Le acompañaban innumerables espíritus, los primeros frutos de la redención, que Él había sacado del Limbo. Las jerarquías angélicas salían al encuentro del Salvador del mundo.

Al situarse junto al Padre, toda la corte celestial entonó un himno glorioso de alabanza, como el que oyó Juan en sus visiones: "Digno es el Cordero, que ha sido degollado, de recibir el poder y la riqueza, la sabiduría y la fuerza, la honra, la gloria y la alabanza" (Ap 5, 12)

PENTECOSTÉS


"Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar.
De pronto vino del cielo un ruido, como el de una violenta ráfaga de viento, que llenó toda la casa donde estaban.
Se les aparecieron unas lenguas como de fuego, las que, separándose, se fueron posando sobre cada uno de ellos; y quedaron llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar idiomas distintos, en los cuales el Espíritu les concedía expresarse"

(Hch 2, 1-4)
.





Los cincuenta días pascuales y las fiestas de la Ascensión y Pentecostés, forman una unidad. No son fiestas aisladas de acontecimientos ocurridos en el tiempo, son parte de un solo y único misterio.

Pentecostés es fiesta pascual y fiesta del Espíritu Santo. La Iglesia sabe que nace en la Resurrección de Cristo, pero se confirma con la venida del Espíritu Santo. Es hasta entonces, que los Apóstoles acaban de comprender para qué fueron convocados por Jesús; para qué fueron preparados durante esos tres años de convivencia íntima con Él.
La Fiesta de Pentecostés es como el "aniversario" de la Iglesia. El Espíritu Santo desciende sobre aquella comunidad naciente y temerosa, infundiendo sobre ella sus siete dones, dándoles el valor necesario para anunciar la Buena Nueva de Jesús; para preservarlos en la verdad, como Jesús lo había prometido (Jn 14.15); para disponerlos a ser sus testigos; para ir, bautizar y enseñar a todas las naciones.
Es el mismo Espíritu Santo que, desde hace dos mil años hasta ahora, sigue descendiendo sobre quienes creemos que Cristo vino, murió y resucitó por nosotros; sobre quienes sabemos que somos parte y continuación de aquella pequeña comunidad ahora extendida por tantos lugares; sobre quienes sabemos que somos responsables de seguir extendiendo su Reino de Amor, Justicia, Verdad y Paz entre los hombres.